El proceso de refinanciación no es algo exclusivo de los préstamos concedidos por entidades financieras, sino que se ha convertido en una realidad incluso con los préstamos de capital privado. Cuando un prestatario (aquella persona que recibe capital prestado) no puede hacer frente a los pagos a final de mes o está en una situación complicada, puede barajar la opción de acudir a una entidad de refinanciación de crédito. Las entidad de refinanciación de crédito son las encargadas de tratar con el prestatario y negociar con el unas nuevas condiciones con el fin de que el cliente pueda alargar la vida del préstamo a cambio de tener una cuota menor, es decir, pagar durante más tiempo pero con mensualidades de menor importe. Este hecho revolucionó el mercado financiero la última década ya que para muchas personas ha supuesto una válvula de escape con la que llegar a final de mes de una manera más desahogada.
La empresas de refinanciación suelen trabajar de manera independiente y en tratan de buscar de manera completamente objetiva la mejor opción para el cliente en distintas entidades financieras. La ventaja que poseen las entidades de reunificación es que agrupan todas las deudas que posea el cliente en una sola y normalmente de carácter hipotecario. Todos los préstamos personales, tarjetas de crédito, créditos al consumo, préstamos hipotecarios y demás se reagrupan como préstamo hipotecario con unas condiciones notablemente mejores para el cliente. Reunificar todo el un mismo préstamo es una gran ventaja por un simple motivo, el tipo de interés. En muchos préstamos el tipo de interés es más elevado que en otros, dependiendo fundamentalmente de la modalidad de préstamos así como de la finalidad. Las entidades de reunificación de deudas se dedican a negociar un tipo de interés común para este nuevo préstamo reunificado con la intención de que sea la mejor opción para el cliente. Al ser completamente objetivas, se decantarán por la entidad financiera que mejor condiciones les ofrezca. Por ley y desde hace ya unos años, a los bancos no se les permite tener entidades financieras asociadas a ellos con el fin de que no existan intereses ocultos que permitan pactar acuerdos de mutua ayuda entre banco y entidad de refinanciación. Del mismo modo se estableció una cantidad máxima que podían percibir este tipo de entidades en concepto de gestión y que suponían un pequeño porcentaje del montante de la operación pero que traducido a euros resultaba ser una cantidad de dinero no tan “simbólica”.
Con los préstamos personales ocurre exactamente lo mismo que ocurre con los préstamos de entidades financiaras, cuando el prestatario se ve en apuros, el cliente puede acudir a una entidad de refinanciación de deuda y ésta negociar con el prestatario de capital privado una mejora en las condiciones a cambio de una deuda a mayor plazo. En la mayoría de casos, tanto bancos, como entidades re-financiadoras de deuda y prestamistas de capital privado llegan a un acuerdo que satisface los intereses de cada una de las partes. Los expertos financiero y economistas de prestigio ven en la refinanciación una herramienta no tan satisfactoria ya que en muchas ocasiones alargar una deuda por encima de la edad de jubilación puede suponer que el prestatario se vea obligado a destinar gran parte de su pensión de jubilación a la cancelación de la deuda aún vigente y que por culpa de la refinanciación se alargó excesivamente en el tiempo. En muchas ocasiones se ha acusado a las entidades de refinanciación de deudas de oportunistas y especuladores pero la realidad habla por sí sola ya que muchas personas gozan de una mejor calidad de vida económicamente hablando desde que optaron por acudir a una de estas entidades.
El capital privado para particulares suele ser la única salida para diferentes situaciones, los particulares optan por el capital privado en las siguientes casos:
Optar por el capital privado es en la mayoría de casos la última opción para muchas personas a la hora de detener un proceso de embargo.
El capital privado supone una última opción para poder cancelar un proceso de subasta y tratar posteriormente de recuperar los bienes.
Obtener una hipoteca si se pertenece a alguna de las listas de morosos oficiales, RAI o ASNEF se antoja muy difícil. Se tendrá que recurrir al capital privado.
Obtener un préstamo personal cuando se está presente en las listas oficiales de morosos, RAI o ASNEF supone un gran impedimento que nos hará recurrir al capital privado.
Refinanciar las deudas consiste en agrupar todos aquellos préstamos personales y demás deudas y reunificarlas bajo un préstamo de tipo hipotecario reduciendo la cuota y alargando el tiempo de amortización.
Las hipotecas puente se utilizan fundamentalmente cuando los individuos desean cambiar de vivienda y necesitan dinero para hacer frente al pago de la nueva vivienda pero aún no han vendido su actual inmueble.
El capital privado para las empresas es una fuente muy importante a la hora de solicitar cualquier tipo de financiación. El capital privado supone una gran opción para la ellas.
Capital privado que trata de desarrollar, potenciar y asentar una empresa, la cual no cotiza en bolsa por el momento. Más tarde cuando cotice se obtendrán los esperados beneficios.
Es el capital privado necesario para realizar un proyecto determinado dentro del ámbito empresarial como puede ser desde la constitución de una empresa como el desarrollo de un nuevo producto.
Los fondos de inversión de capital privado son una buena opción para todas aquellas personas que poseen grandes cantidades de dinero y desean invertirlo y así obtener unos rendimientos derivados de dichas operaciones. Existen diversos tipos de fondos de inversión con capital privado.